martes, 23 de abril de 2013

Esperando al Gorila Infinito

 

 

Recuerdos difusos


La primera vez que escuché hablar sobre el tema fue (si mal no recuerdo) en un libro de Carl Sagan, prestigioso científico y brillante divulgador.
Decía algo así como ..."no siendo ninguna configuración de átomos preferida a otra, y siendo el Universo infinito, no habría razón para suponer que en algún lugar del mismo, una configuración aleatoria de átomos no haya dado como resultado un ejemplar encuadernado en cuero del Quijote de Cervantes..."
Claro que estoy citando de memoria algo que creo recordar que leí siendo un niño, por lo que para ser honesto debería sacarle las comillas a la supuesta cita, y aclarar que se debería hacer comillas con los dedos al leer  "Decía algo así como..."

El caso es que volví a escuchar, variaciones de esta teoría a través de los años (y me parecieron a su vez una especie de corolario de la "ley de los grandes números"), comprobando que todas tienen un origen común, conocido como el "Teorema del mono infinito"

Una aproximación de entrecasa


Supongamos que para ser un líder digno de ser considerado un estadista se necesita poseer una serie de cualidades cuya confluencia en un solo individuo es altísimamente improbable

Supongamos además que la comunidad de los gorilas se autoconvoca, con la esperanza de que de tal convocatoria surja espontáneamente un líder digno de ser considerado un estadista, que lleve a los gorilas a la conquista del poder.

Todo parece indicar que, la esperanza de que cumplan su cometido se reduce a dos opciones, a saber:
1.- Continúan convocando a un número finito, variable y decreciente de gorilas, a una cantidad infinita de reuniones, lo que implicaría que probablemente tengan que esperar hasta el infinito para conseguir su objetivo,
2.- Juntan un número infinito de gorilas, consiguiendo al cabo de un tiempo la aparición de un líder digno de ser llamado un estadista.

No hay gorila que proteste cien años


Descartada la opción de un lapso infinito de tiempo, dado que (como decía Borges) "morir es una costumbre que sabe tener la gente" (costumbre que podemos hacer extensiva a los gorilas,  el propio Borges es un claro ejemplo de ello); la única manera en la que los gorilas podrían conseguir llegar al poder mediante el surgimiento espontáneo de un líder digno de ser llamado un estadista (en adelante y para abreviar lo llamaremos simplemente "un líder digno...") sería juntando un número infinito de simios.


A la monada no le dan los números


Está claro que los gorilas no están acostumbrados a las multitudes.
Para un gorila motivado (y estimulado por los medios gorilas, que en realidad son totalmente gorilas), algunos parecen muchos, y muchos se ven infinitos.
Pero la ciencia no sabe de goriladas, "parecido no es lo mismo"
Aunque la prensa gorila pretenda disfrazarla, la diferencia entre mucho e infinito es, ni mas ni menos que infinita. Por lo tanto, la probabilidad de que estas manifestaciones gorilas den como resultado la aparición de "un líder digno..." son ínfimas, infinitesimales, casi nulas.

Epílogo: Esperando a Monot


Y mientras la monada se ilusiona falsamente, a la espera que de una mezcla heterogénea surja una solución, el gorila terrateniente, lleva atado por la nariz a su afortunado monito esclavo a una nueva caceroleada, donde se juntarán sin combinarse con los otros simios. Esperando a Monot.
Hartos ya de su propia falta de acción, y de la confirmación de que Monot no vendrá a guiarlos nuevamente hasta ese pasado que añoran,  comprenderán que el gorila campesino se llevó todas las bananas afuera, aunque finja no verlas, mientras que su siervo enmudecerá ante la evidencia del afano.
Decididos a retirarse comprenderán que el gorila poderoso ya no les dejó lugar donde ir, y se quedarán mirándose como extraviados a la sombra del obelisco.
Al retirarse con su afortunado esclavo, el gorila terrateniente se irá recitando los camperos versos de otro gorila ..."Son todos buenos primates, pero el líder no aparece..."

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