domingo, 30 de octubre de 2011
Construir un mito
Seguramente, al carpintero que construyó el marco no le interesa en absoluto. El tipo es un laburante, hizo su trabajo y cobró. Ya se gastó el dinero. No tiene ninguna ligazón sentimental con el producto de su labor.
Lo mismo estimo que debe haber pasado al vidriero.
Ya al fotógrafo puede llegar a interesarle, dado que si la foto la tomó el fotógrafo de la institución, podría ser (o no) que el tipo fuera del palo.
Pero, al que no puede bajo ningún punto resultarle indiferente, es al General.
El sabe que su negativa, al no bajar el cuadro antes de que Kirchner llegara al Colegio Militar, fué parte del inicio del mito. Quiéralo o no Bendini es parte fundamental de su construcción.
Su bravuconada (al no sacarlo previamente, como se le ordenó), seguida de la subordinación a la autoridad del comandante en jefe de las fuerzas armadas cuando el presidente le diera la orden directa de hacerlo, marcaron el fin de una época.
Se equivoca Beatriz Sarlo, cuando supone que una tumba o una forma de nombrar a alguien resultarán en la construcción de un mito. No hay mente perversa ni maquiavélica que pueda construir un mito.
El mito requiere de otros componentes, como la polaridad por ejemplo. Las oposiciones binarias, que hacen que aquel que va a continuar, reelaborar y resignificar al héroe, tome partido por éste, y lo sienta como propio.
En ese punto es mas importante la participación de Geoge Bush, en la Cumbre de las Américas de Mar del Plata, que cualquier estrategia que pudiera pergeñar su viuda.
Es la recreación de la lucha de David contra Goliat, la que recrea el caldo de cultivo para la adopción del héroe. Y mas aún la costrucción del héroe colectivo, la contracumbre de las Américas, el trabajo conjunto con Lula, Chavez, y algún otro mandatario para lograr lo imposible, impedir la imposición del ALCA.
Es pobre y elemental el relato, lineal, que supone que la construcción del héroe es planeada o planeable.
Sirve para que pobres almas recorran los medios del país y del mundo, hablando peyorativamente de procesos que no comprenden, porque no tienen contacto alguno con ninguno de los dos grandes protagonistas del mito.
1°-El héroe individual o colectivo, y
2°-El pueblo, que primero los aceptó, luego los amó, posteriormente sintió que su falta era una ausencia que afectaba al colectivo, y entonces sí, de una u otra forma lo incorpora al imaginario popular, a veces con un relato que no coincide exactamente con la verdad histórica, pero siempre, absolutamente siempre, coincide plenamente con la huella que el héroe deja en el corazón de su gente.
Por eso son mitos Evita, Perón y el Che. Y fueron condenados al olvido eterno sus detractores.
Por eso es mítico Rodolfo Walsh. Y están siendo olvidados en vida Beatriz Sarlo, Lanata, y Caparrós.
Por eso, el de Nestor Kirchner es un mito en construcción.
Millones de voces mudas lo estamos construyendo en el imaginario colectivo.
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