Todo parece indicar que la pasta blanca del eucaliptus, además de servir para hacer papel, posee poderes alucinógenos. Si así no fuera, no hallaríamos ninguna explicación para los dichos (y los hechos) del ex-presidente de la República Oriental del Uruguay
Estimulados por los vahos del hervor de unas hojas de eucaliptus medicinal, parafraseamos algunos versos del poema nacional uruguayo, mientras nos calmamos la tos que nos dejó esta primavera glaciar.
TABARÉ (Versión libre)
LIBRO PRIMERO
CANTO I
I
El Uruguay y el Plata
Vivían su salvaje pelotera;
La sonrisa de Bush que destruyeron
los hijos de las aguas y las selvas;
recupera su brillo
ante la perspectiva de una guerra.
Recuerda los momentos,(rencoroso)
cuando a el y a su querida Condolezza
y por algún misterio
Argentina, Brasil y Venezuela
se unen un día, y por la tarde entiende
que le han mandado el ALCA a la mierda.
Aun alienta en el viento
el avión que lo trae, patotea,
-¡No bajo si no firman en la orilla!
y de abajo -¡No bajes! le contestan
al cowboy malherido
Y fué de Mar del Plata en las arenas
que le dieron una patada en las pelotas
y bajó al fin a retorcerse en ellas
II
Serpiente azul a bandas albirrojas
Que, sin dejar sus ignoradas cuevas,
Se enrosca entre las islas, y se arrastra
Hacia el regazo virgen de Sudamérica,
El Uruguay arranca al eucaliptus
los troncos de sus tierras,
y, entre espumas y contaminaciones
al río como mar y al mar , entrega
deshechos a sus olas.
Resbalan ya rendidos en su arena,
talados, sus solemnes eucaliptus,
por el blanco de pasta que se llevan;
Y al grito temeroso
que lanzan a los aires los que observan,
contesta el grito de una raza humana
que quiere trabajar en la ribera.
Es la raza charrúa
de la que el hombre, apenas
presidente, ha entregado los bosques
Para facilitarme este poema.
Al hombre lo desvela
la tempestad lejana que (supone) se acerca
intranquilo dispone cuatro aviones
en las pesadas nubes cenicientas.
En un gesto olvidable
alucina una guerra
y olvida, invocando a la serpiente
que el Uruguay al Plata se recuesta.
La patria grande, que soñara Artigas
ignora y defenestra,
Al servirla en bandeja por sus miedos
A George y Condolezza.
Al servirla en bandeja por sus miedos
A George y Condolezza.
CANTO 10
Cayó la mierda al río!
La baranda venía de Fray Bentos,
protestaron los verdes activistas
desde Gualeguaychú cuando le olieron.
Los desechos de Botnia
engendraron un caldo amarillento.
Tuvo el perfume de la flor podrida,
¡Su misma extrema fetidez a muerto!
Aquí el himno cantaban
los indignados eco's;
mientras cortaban el puente fronterizo,
Y se quejaban del olor del viento...
A mi me queda la pregunta,¿con que pensaban pagar la pequeña ayudita de los amigos?
ResponderEliminarCreo que la tarifa no baja de una empernada.
Tal vez habría que verlo desde otro punto de vista.
ResponderEliminarUn acto de servilismo, docilidad y dependencia después de aquel acto de desobediencia y soberanía de la zona, ponía las cosas en su lugar.
La hipotesis de conflicto nunca existió, o en todo caso el conflicto era de intereses y nada tenía que ver con el puente y la pastera.
Un abrazo