"Una vez que tenga varios árboles jóvenes y sanos creciendo en tiestos, habrá llegado la hora de comenzar a pensar en la preparación necesaria para controlar y desarrollar la forma del futuro bonsai. A los novatos los pone nerviosos pensar en la poda, porque creen que van a lastimar los árboles, cuando en realidad se trata de una parte esencial del proceso..."
Así comienza uno de tantos manuales sobre cultivo de bonsais que abundan en la red.
"Todo perro debe, además de ejercitarse regularmente, estar entrenado, ser obediente, con comprensión de ciertas reglas de comportamiento básicas, que le permitan ser un buen vecino"
Nos prepara un artículo que nos enseña a criar mascotas en un departamento.
"En su interior se vive un ambiente bastante acogedor y familiar, quizás porque en su interior no se permiten ni niños ni mascotas."
Nos instruye la publicidad de un albergue en Amsterdam.
Estos fragmentos que extracté de los artículos oportunamente enlazados, nos dan una idea de las contradicciones y confusiones que genera la vida en las ciudades. No conocía ninguno de estos artículos, pero no me costó nada encontrarlos. La red está plagada de ellos.
El tradicionalista oriental que pretende convencernos que cortarle las extremidades a un ser vivo con fines decorativos, redundará en salud, fuerza y exuberancia para éste. El blogger panameño, que asegura que entrenamiento y obediencia pueden convertir a tu perro en un buén vecino (claro que aclarando que no podemos forzarlo a dejar totalmente de lado sus actitudes naturales). El empresario Holandés, que iguala la presencia de niños con la de animales. Todos confluyen en una misma idea. Las plantas, los animales y los niños, son seres con una utilidad determinada, a los que podemos controlar, transformar y utilizar en nuestro beneficio. A los que es conveniente podar, castrar, prohibir, medicar, negar.
El artículo al que voy a referir este post, habla de algo que sucede en EE.UU., pero también sucede acá, a la vuelta de la esquina.Y comienza así:
"En los Estados Unidos tres millones de niños son drogados a diario, la inmensa mayoría de ellos con estimulantes derivados de las anfetaminas. Paradójicamente, los medicamentos pretenden controlar los síntomas de una enfermedad que los hace hiperactivos: el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), o síndrome de déficit de atención..."
Si entramos al enlace, nos encontramos con la siguiente definición:
"Se trata de un trastorno neurológico del comportamiento5 caracterizado por distracción moderada a grave, períodos de atención breve, inquietud motora, inestabilidad emocional y conductas impulsivas."
Ignoro cual será la definición de niño de Wikipedia, pero si no contiene la parte de la frase que resalté en negrita, debería contenerla.
Según estimaciones, afecta a entre un 5% y un 10% de la población infanto-juvenil. (El 90 a 95 % restante sería mas adaptable al formato estándar)
Se han demostrado factores de origen hereditario (es decir, heredados, no adquiridos en el curso de la vida) en un 80% de los casos. Suele suceder que los niños que hacen cosas de niños, sean hijos de padres, que cuando fueron niños también hacían cosas de niños.
¿En los EE.UU. están medicando a tres millones de niños por tener comportamientos propios de los niños?¿A cuantos en Argentina?¿Y en mi pueblo?
¿Es que estamos todos locos?
¿A cuantos niños estarán medicando por hacer una pregunta y después repreguntar varias veces ante las sucesivas respuestas?¿Debemos dejar de reirnos de "¿Y por que la gallinita puso un huevo...? " de Les Luthiers, y correr a medicar a ese niño por tener transtorno de superávit de interrogación?
¿A cuantas niñas estarán medicando por estar comiendo poco, llorando y suspirando mucho, encerrándose en su habitación y pasando mucho tiempo frente al espejo?¿Será una epidemia del sindrome de enamoramiento no correspondido?
¿Estaré condenado a escribir una vez por mes la frase "Si la realidad no coincide con el molde, peor para la realidad"?
Ya no los sacamos con fórceps, ahora los acomodamos con ellos en sus respectivos estándares.
¿El robo de la niñez con fármacos no afecta los Derechos Humanos de los niños? Porque a mi entender tanto el segundo como el tercero de la lista se ven seriamente afectados por estas prácticas tan convenientes para los adultos, (y los laboratorios) y de consecuencias cuanto menos impredecibles para sus víctimas, los niños.
Al menos no los podan, ni los castran, apenas si los medican por años con anfetaminas para que no rompan las pelotas con chiquilinadas (léase: con cosas propias de la naturaleza de los chicos).
Comparados con los bonsais y las mascotas la están sacando barata.
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