En Argentina, cada vez que se habla de economía, terminamos discutiendo de inflación.
Cada vez que hablamos de inflación terminamos puteando al INDEC.
Cada vez que defenestramos al INDEC terminamos acusando al gobierno.
Cada vez que encontramos culpable al gobierno, terminamos hablando de política.
Y sin entender un pito de economía.
Hablemos de economía.
Específicamente de inflación.
Si lo que esperan es un estudio técnico detallado de los procesos que generan la inflación, sus causas y consecuencias, se corren hasta el blog economista serial, que está buenísimo, y se arman debates entre gente que además de ser muy copada sabe muchísimo mas de economía que yo, y buscan un post sobre el tema.
Me interesa en este momento otra cosa.
Un abordaje nada técnico, y, por otro lado no basado en el sentido común.
La construcción colectiva a la que denominamos sentido común me rompe mucho mas los quinotos que la técnica (pomposamente llamada ciencia) que denominamos economía.
Algún día discutiremos por qué la macroeconomía, me parece como ciencia blandengue y dudosa , mientras que la microeconomía me parece lisa y llanamente una farsa.
Y otro debatiremos sobre el sentido común. El sentido con el cual jamás habríamos volado, ni entendido que la tierra gira alrededor del sol, ni imaginado una tierra redonda.
No hay sentido común en el segundo gol de Maradona a los ingleses.
No hay sentido común en un tiempo que comienza junto con el espacio, de forma tal que es una estupidez preguntar ¿Que existía antes del Big Bang? (principio del espacio)
Porque aunque no quepa en el sentido común, cuando no había espacio , tampoco había antes.
Pero hablemos de inflación, o sea el aumento sostenido y generalizado de precios en los bienes y servicios a lo largo del tiempo.
Supongamos un grupo de 3 personas, un comprador y dos vendedores.
Si el comprador dispone de 20 $ y los vendedores de 5 productos de 2$ cada uno, (obteniendo 11% de ganancia), y piensa gastar la totalidad de su ingreso, el sistema cierra por sí solo, está en equilibrio.
Si el próximo mes el comprador dispone de 30 $ y los vendedores no lo saben, el comprador ahorra 10 $, porque no tiene mas para comprar.(oferta inelástica)
Si en cambio los vendedores lo saben, y quieren apropiarse de ese incremento, tienen varias opciones, a saber:
1.- No hacer nada, y el comprador ahorra 10$
2.- Jugarse a que el otro no haga nada, y producir 10 productos, con lo que se aseguraría los 10$, pero corre el riesgo de que su competidor haga lo mismo, y le queden 5 productos de clavo.
3.- Previendo que su competidor esté también informado produzca un número entre 6 y 9, y arriesgándose a quedarse con artículos de más o de menos, dependiendo de la jugada del competidor.
Parecería que con eso describimos el abanico de situaciones posibles, solo que en la realidad cabría, si uno de los productores tiene información sobre los ingresos y la propensión al consumo del consumidor. Incluir dos nuevas variables:
1.- acordar con el competidor la cantidad a producir y
2.- modificar el precio.
Como se podrá ver, si se toma este análisis como la forma mas eficiente de apropiarse del incremento del ingreso del consumidor, es evidente que lo mas conveniente es acordar entre los oferentes una suba de precio a 3, manteniendo la misma producción, y lo que era un aumento del 50 % del ingreso del consumidor, se convierte rápidamente en un incremento de las utilidades del 600 % para ambos oferentes. Sí, 600% de incremento. 6 veces mas ganancia sin hacer nada de nada.
El secreto de este procedimiento radica en contar con la información del incremento del ingreso del cliente, y de su propensión a consumir, para poder concertar precios y oferta con su competidor.
No importa cuanto te aumente el ingreso, ellos siempre estarán esperando para apropiárselo.
Por supuesto que esto es una simplificación de la simplificación, y que se parece mucho a los famosos modelos que analizan un par de variables permaneciendo "ceteris paribus" , o sea ignorando la realidad misma.
Lo que pretendo significar con este esbozo de análisis, es que me parece una estupidez analizar técnicamente la inflación, sin analizar la voluntad de apropiarse de una parte importante del incremento de la renta de la sociedad, por parte de los grupos que tienen capacidad, tamaño e información privilegiada para hacerlo.
La inflación no es un fenómeno neutral, y mucho menos, inocente.
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