Él quiere ser lo que no es. Cosa extraña. Como todos.
Lo extraño no es que quiera ser otra cosa, como queremos todos, sino que lo quiera, siendo lo que es.
Él debería saber que no es posible. O al menos que es altísimamente improbable que lo logre. Cosa extraña. Como todos.
Lo extraño no es la bajísima probabilidad de que lo logre, sino que no perciba, como todos la improbabilidad de lograrlo.
Él está dispuesto a hacer muchas cosas para lograr su objetivo. pero extrañamente, cada cosa que haga, alejará ese objetivo de él.
El problema no está en él, sino en el lugar que él ocupa.
Él se encuentra en la intersección misma de dos sistemas que se influyen mutuamente.
Cuanto mas se esfuerce por posicionarse mejor en uno de ellos, peores resultados logrará en el otro.
Lo que gane en un sistema está condenado a perderlo en el otro.
Está jugando un juego de suma cero consigo mismo.
Porque no se encuentra en ese sitio por casualidad. Él es el punto que equilibra los dos sistemas.
Está en el centro mismo de la balanza. Es parte pero a la vez es ajeno. Ambos platillos lo sienten como el afuera, ambos cuerpos poseen anticuerpos contra este intruso. Aunque no puedan prescindir del él.
Sus movimientos no hacen mas que desestabilizar a ambos sistemas , y a su frágil equilibrio .
Para colmo de males, cada acción que realiza provoca una reacción en contrario en el platillo en el que pretende posicionarse, y otra en el otro platillo.
Los platillos de la balanza necesitan al centro, pero no lo aman.
Debe ser difícil ser él.
No lo culpo por querer ser lo que no es.
Pero es necesario que sea lo que debe ser, porque si no, como dijera San Martín, corre el riesgo de no ser nada.
Estoy de acuerdo con que a veces, la vida nos coloca - ó nos ubicamos en nuestra vida - en determinadas encrucijadas sin poder decidir en qué dirección seguir.
ResponderEliminarPero no creo que sea ése el dilema del gremialista. Él se manifestó contra el gobierno de la felíz década neoliberligth. Él se apartó de una central obrera complaciente y gelatinosa. Y no se equivocó.
Pero supongo que debe haber asumido, por haber contribuido con ellos, que los dos últimos gobiernos son los PRIMEROS A PARTIR DE 1975 que han actuado inequívocamente en pro del país y de TODOS sus habitantes, especialmente los trabajadores.
Entonces, ¿A qué atribuir actitudes destempladas que (marzo 2011) han rozado la amenaza y la extorsión? ¿Cómo justificar la acalorada arenga del dia 15?
Su responsabilidad al frente de la central de trabajadores es muy grande.
Si todo se corta en que sólo se anda buscando más poder, especialmente ahora, después del veredicto abrumador del 23 de octubre, debo concluir en que ha sido presa de una confusión ó una obnubilación a las que alguien de su jerarquía fáctica no puede darse el lujo de ceder.
Las circunstancias no se cambian por que alguien tenga ganas de modificarlas. Y mucho menos, a los gritos, compañeros ...
Saludo
Tilo, 70 años
Tilo: No sostengo que la vida lo obliga a tener esta actitud.
ResponderEliminarÉl quiere algo, y está apostando fuerte porque ve que la historia va tomando un camino que no es el que imaginó.
Lo que sí sostengo, es que la encrucijada, no le está dejando margen de acción, empujándolo (como hace unos meses empujó a la oposición)a una situación en la que tiene mas chances de destruir que de construir.
Coincido con el resto de tu comentario.
Un abrazo
Y es imposible entonces un lula argentino ? Fracaso De Genaro y Moyano no puede serlo ?
ResponderEliminarNo puedo opinar del resto del país, pero en el centro de la provincia, los sindicalistas, están muy mal vistos por la gente. La imagen que el ciudadano medio tiene de un gremialista, es de un tipo al que no le calienta un pito lo que le pase al trabajador, que va al mango y que por lo general, tiene un muy buen pasar, a costa de hacer la vista gorda ante el trabajo informal, y los abusos empresariales. Por otro lado, los manejos muy poco claros de las obras sociales y los juicios, como de las inversiones de los sindicatos en obras cuyos beneficios parecieran no estar destinados a los trabajadores, los convierten en personas muy poco creíbles para el resto de la sociedad.
ResponderEliminarPara colmo de males, cuando se ponen a defender a sus agremiados, suelen terminar avalando corporativamente a cuanto plaga anda dando vuelta dentro de las empresas, bancando todo tipo de abuso de parte de las camarillas gremiales. No estoy generalizando, diciendo que esto sea indefectiblemente así, pero las burocracias gremiales están totalmente desvalorizadas a los ojos del laburante medio.
Con estos antecedentes, la posibilidad de un Lula argentino, es a mis entender bastante utópica.
Moyano?
ResponderEliminarDe qué estás hablando Willis?
La repuesta de Atilio es tan correctamente acertada que no hace falta que agregue nada.
Gracias Daniel
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