jueves, 20 de diciembre de 2012

Algo personal
                                              J.M.Serrat (Fragmento)

PRObABLemente en su pueblo se les recordará
como a cachorros de buenas personas,
que hurtaban flores para regalar a su mamá
y daban de comer a las palomas.

PRObABLemente que todo eso debe ser verdad,
aunque es más turbio cómo y de qué manera
llegaron esos individuos a ser lo que son
ni a quién sirven cuando alzan las banderas.


Hombres de paja que usan la colonia y el honor
para ocultar oscuras intenciones:
tienen doble vida, son sicarios del mal.

Entre esos tipos y yo hay algo personal.






Rodeados de protocolo, comitiva y seguridad,
viajan de incógnito en autos blindados
a sembrar calumnias, a mentir con naturalidad,
a colgar en las escuelas su retrato.

Se gastan más de lo que tienen en coleccionar
espías
, listas negras y arsenales;


resulta bochornoso verles fanfarronear
a ver quién es el que la tiene más grande.





Se arman hasta los dientes en el nombre de la paz,
juegan con cosas que no tienen repuesto
y la culpa es del otro si algo les sale mal.

Entre esos tipos y yo hay algo personal.



viernes, 14 de diciembre de 2012

Primavera

Trataron de cortar todas las flores, pero no pudieron detener la primavera.

No lo conozco. Y lo lamento. Porque creo que sería un honor para mí conocerlo. Porque siento que hay algo que nos amalgama. Algo que está mas allá del tiempo y del espacio.
No lo conozco, pero... ¿Conozco realmente a alguien?
¿Puedo predecir con exactitud el estado de ánimo de alguien en un determinado momento?
¿Puedo saber que pasa en el interior de una persona acá y ahora? (De cualquier persona, aún de las mas cercanas a mi experiencia cotidiana). Mmm...
Es muy difícil.
La gran mayoría de mis conocidos me es indescifrable.
No me animaría a aventurar como se sienten hoy, viernes a las 23 hs. casi ninguno de ellos.
Y sin embargo estoy plenamente convencido de lo que está sintiendo uno de los lectores de este blog.
Un completo desconocido

Puedo sentir ese nudo que hoy tuvo en la garganta, esa sensación de necesitar lanzar un grito, esa euforia, esa alegría profunda, esa esperanza renovada, ese orgullo de haber apoyado desde siempre esta causa.

Sabemos que todavía falta mucho, que el camino es largo, pero el día de hoy, (como dice Galeano de la utopía) no es el fin del camino, es la fuerza que nos ayuda a caminar.

Un abrazo para Tilo, 71 años.
Un amigo con el que la vida aún no me cruzó personalmente.