viernes, 30 de marzo de 2012

Un velero llamado ...

La piden, la exigen, la imploran, la celebran, la alaban, la venden, la protegen, la quitan, la cantan, la privan, la otorgan, la limitan, la promueven, la denuncian como faltante, la coartan, la enuncian, la maquillan, la elogian.
Pero...
Basta que alguien haga uso de Ella, para que salgan a condenar, a explicar, a juzgar, a condenar, a opinar, a lucrar, a mentir, a lamentar, a atacar, a herir, a limitar, a meditar, a mediatizar, a hablar boludeces.
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Ella me mira, me sonríe, y, ante la asombrada mirada de mi esposa me invita a ir a la playa.
Acepto y nos vamos los tres.
Y nos olvidamos por un rato del dinero, del trabajo, de las responsabilidades, de las obligaciones, de los otros.
Y despedimos el mes de marzo, barrenando olas, y yendo mas allá de la rompiente, para poder nadar en las frías aguas del otoño (aunque no tan frías como cabría esperar).
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Ella se acerca y me dice al oído : -Pobres, jamás sabrán de que se trata...  y me señala un velero que avanza a la deriva. Sus ventanas tapiadas. Las velas destrozadas. No puedo verlos, pero los oigo. Discuten acaloradamente sobre la legitimidad, las motivaciones, los intereses, la necesidad, la oportunidad...
-¿Para que me invocan, si no tienen la menor idea que hacer conmigo? dice.
La invitamos a quedarse con nosotros.
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Disfrutamos ampliamente de su compañía en esta tarde soñada de otoño.
No necesitamos invocarla. Ella es la que viene en nuestra búsqueda, para hacer mas feliz nuestra vida.
A la vuelta, trato de recordar el nombre del velero.
Creo que se llamaba Galera.

viernes, 23 de marzo de 2012

Incomprensibles matemáticas de la muerte

Hace mucho tiempo en un lugar lejano solía dar clases.
Yo era joven y pretencioso, creía estar haciendo algo trascendente.
Un día me hicieron una pregunta que respondí diciendo: "-No tengo idea, la próxima clase te lo respondo
El mandamás de turno, se enteró de mi respuesta, y se molestó.
-"Un profesor no puede demostrar ignoranciaen la clase", repetía su lacayo (también superior mío) tratando de bajarme línea.
Yo que jamás me había atribuido tal título, ni permitía que los alumnos me lo atribuyeran contesté :
-"Estoy de acuerdo, pero no fui yo el que resolvió mal los prácticos en clase. Yo solo dije No sé." (mientras intuía que si quería seguir dando clases, debería buscar otra materia).
Así estaban las cosas, los que sumando dos mas dos obtenían cinco, pretendían reprenderme por decir no sé cuando no sabía.
Nunca pude comprender como una resolución mal hecha era preferible a una respuesta correcta diferida.

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Pasaron muchos años. De aquellos años sólo conservo casi intacta la ignorancia. Pero las cosas que no comprendo aumentaron exponencialmente.

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Hace un mes del accidente de Once.
No comprendo como fué mutando de accidente, a tragedia, para terminar en masacre. ¿Es que ya nadie usa los diccionarios?
Un mes bombardeados por las noticias, argumentos, elucubraciones y operaciones de un accidente de produjo 50 víctimas.
En un país donde la media diaria de muertos en accidentes de tránsito es de 22
El accidente de Once, tuvo la misma cantidad de muertes de dos días y pico normales de accidentes de tránsito.
Parece que las muertes periféricas no cuentan lo mismo que las de la capital. En este mes sabemos todo sobre los 50 muertos del tren, pero absolutamente nada de los 700 muertos de los otros accidentes.Parece que 50 muertos amontonados, son mejor negocio que 700 desparramados. Los casi 1.000 millones de dólares que costaron estos accidentes no alcanzan para comprar las tapas de los diarios, las elegías de los noticieros, las exaltadas voces de las radios.

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Respeto el dolor de esas 50 familias, pero no soy tan necio como para pretender comprenderlo.No hay forma de comprender la rajadura en el tejido familiar, la angustia existencial de los que ni siquiera tuvieron la posibilidad de cumplir con la primera de las leyes de la naturaleza: los hijos enterrarán a sus padres,el dolor impotente ante la muerte absurda, injusta, sin sentido. El mismo insoportable dolor que sufren las otras 700 familias. Silenciadas. Ignoradas. Abandonadas.

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A los que no respeto es a esos buitres de melodrama, que con sus voces impostadas, sus rostros compungidos, sus plumas dramáticas, pretenden sacar rédito económico, político, o de la naturaleza que fuera del drama de la muerte.
Porque si verdaderamente lo sintieran, ese dolor sería por las 750 muertes por accidentes del mes, y no sólo por las de la minoría compacta, y por lo tanto redituable.
En las matemáticas que yo estudié, cada muerto restaba uno

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Es probable que un accidente de la magnitud del de la Estación Once, no vuelva a repetirse nunca. Pero los 22 muertos en accidente de tránsito de mañana, se encuentran en este momento en la calle, en sus casas, en sus autos. Planeando una carrera, un matrimonio, hijos, proyectando una vida que antes de 24 horas les será negada. Incluso, puede que alguno de ellos esté leyendo este post, o esté a punto de poner el punto final a la que aún no sabe será la última entrada de su blog.

Licencia para engañar

He escuchado mas de una vez aquello de que la estadística es la ciencia que, habiendo dos personas en una isla, si una de ellas come dos pollos y otra ninguno, nos permite afirmar que el consumo de pollo en la misma es de un pollo por cabeza.
No seré yo quien ponga en duda tal afirmación, pero lo que no aclaran los cráneos que afirman tales perogrulladas (por no poner pelotudeces, que queda tan feo) es : ¿Para que querríamos en una isla habitada por dos personas, realizar una estadística de consumo de pollo per cápita?
Las herramientas son nada mas que eso: herramientas.
Un cuchillo no es una herramienta mala ni defectuosa. Cuando alguien la utiliza para hacerle un hombligo contra natura a otro, el que está haciendo algo malo es el que lo empuña, no el cuchillo.
La propia definición de estadística, habla de grandes conjuntos de datos numéricos.
Si tenemos la posibilidad de ir a preguntarle a cada uno cuántos pollos comió ¿Para que necesitamos la estadística?
Cualquiera que esté acostumbrado a hacer el asadito de los domingos, sabe que es muy difícil calcular con exactitud la cantidad necesaria para que coman dos personas. Se puede llegar a cometer errores de hasta un 50 % en la cantidad de carne, lo que obliga a comprar en exceso para cubrirse. 
Pero, también sabe que en un asado  para 100 personas, se puede comprar con total tranquilidad 1/2 kg por persona, y, en caso de servir una porción de chorizo, casi con seguridad tendremos un sobrante equivalente al peso del chorizo.
Esto sucede, porque en una distribución normal, los excesos se compensarán con los defectos (los que coman mas de medio kg, se compensarán con los que coman menos de medio kg, acercando cada vez mas el promedio a esta cantidad) lo que de ninguna manera quiere decir que los consumos individuales sean cercanos a esa cantidad.
El caso es que, no se trata solo de leer o usar estadísticas, sino de entender que es lo que estamos haciendo. La herramienta es útil, pero mal utilizada, o usada intencionadamente para llevar al lector a una idea equivocada, puede dar un marco de credibilidad a una lisa y llana mentira.
Las estadísticas, como cualquier otra herramienta pueden servirnos o no en un caso particular, pero lo que no se puede hacer con ellas, es descontextualizar los datos, tomarlos en forma sesgada, o considerar los datos que nos dan la razón como válidos y los que nos desmienten como falsos.
Los datos estadísticos, usados arbitrariamente por operadores mediáticos para falsear las noticias, son una licencia para engañar.

domingo, 18 de marzo de 2012

Tirar la plata

Hoy leí a Ricardo, que recomendó a Plotkyn, que mató a Caparrós.
Y, por esas cosas de la curiosidad me dió por leer a Caparrós. Que desde España, se burla de los peronistas como Ricardo y como yo. Y seguramente no lee ni a Plotkin, ni a Ricardo ni a mí.
Caparrós afirma ganar "sólo un poco menos que un cobrador de peaje con cinco años de antigüedad" Si tal cosa es cierta, (y no tengo motivos para dudar de ella), creo que los está estafando.

viernes, 16 de marzo de 2012

A propósito de "El Objeto", los adolescentes y la evolución

Terminé de escribir el post anterior, dudando de que hubiera quedado inentendible, decidí pedir la opinión de mis hijos. No suelo releer, ni siquiera corregir  lo que posteo, pero esta vez, hice una excepción, porque me interesaba el tema en particular.
Una vez mas, el feedback fue mas interesante que el proceso.
Estoy acostumbrado a interactuar con los adultos, comentando y recibiendo comentarios sobre lo que leo y escribo respectivamente, pero jamás deja de asombrarme la mirada de los jóvenes sobre los temas que los adultos debatimos constantemente, pero con infinitamente menos espontaneidad.

El primero en leerlo fue Facundo (16). Dijo que no se entendía nada.
Ante el reclamo de que le pusiera un poquitín mas de onda, lo releyó, identificando al instante a la mayoría de los personajes de la fábula, pero, sin poder identificar el objeto que da nombre a la misma.
Cuando le sugerí que en el párrafo final podía estar la respuesta, luego de leerla, (y reconocer que jamás había oído tal cosa) tomó su computadora y gugleó :"Albert, ya lo ves, Dios sí juega" (Que era la frase original que yo había escrito)
¡Llegando instantáneamente a la frase de Einstein a la que yo había aludido!
1.- A través de una que ni siquiera se parece a la que éste pronunciara,
2.- Sin mencionar su apellido,y
3.-lo mas loco : ¡Que Born jamás pronunció!
Aunque no logró deducir cual era el objeto, (tal vez por haberse entretenido en descifrar la identidad de los personajes) me impactó la simbiosis que estos pibes tienen con sus máquinas. No importa lo que les preguntes, ellos saben que van a ir a la red, y mas tarde o mas temprano encontrarán las respuestas. Para ellos es tan natural acudir a internet como para nosotros apelar a la memoria de lo leído. De hecho, hasta su relación con esa información es diferente. ¡Me dio la impresión de que estaba viendo a mi hijo recordar memorias ajenas!

Mientras Facundo buscaba en su computadora, le pedí a Paula (13) que leyera el post.
Inmediatamente se repitió el proceso.
1.- Dijo que no entendía nada.
2.- Le pedí que lo releyera con mas atención.
3.- En unos pocos minutos (después de leer y mientras nos escuchaba hablar de la frase de Einstein) se dio cuenta que el objeto era un dado.

La pereza a la hora de razonar es la marca de fábrica de esta generación, pero esa aparente abulia, es sólo una pátina superficial. No es que no quieran pensar, se resisten a hacerlo con nuestras reglas.

Ignoro absolutamente como procesan la información los jóvenes, pero indudablemente no lo hacen como nosotros. Los adolescentes no usan la computadora como una herramienta. Mas bien lo hacen como un dispositivo externo de almacenamiento, y procesamiento complementario de su propio cerebro.
Esto está creando, de alguna manera una brecha entre la forma de pensar de ellos y nosotros, que no es generacional, sino, de alguna manera, de arquitectura. Nuestros cerebros no están integrados a la red, los de ellos sí. De algún modo la evolución ha dado un nuevo paso, sin que ni siquiera nos hallamos percatado de ello. Hay tanta diferencia entre nuestros hijos y nosotros, como entre los humanos prehistóricos y los históricos. Somos hoy por hoy un eslabón entre dos versiones diferentes del homo sapiens sapiens.

jueves, 15 de marzo de 2012

Fábulas desmoralejadas - El objeto

Y un día el cielo se abrió.
Un rayo brillante atravesó las nubes, y, en medio de un gran estrépito algo cayó estruendósamente.
Pareció rebotar contra la tierra, rodó, dio varias vueltas y finalmente se detuvo.
Hubo comentarios de lo mas variado, especulaciones varias, la noticia se esparció como un contagio.
Ellos cerraron la zona al público, y enviaron a Aquellos a impedir el acceso a los curiosos.
El lugar fue vallado, y se cubrió al objeto con un domo gigantesco.
Los Seis Polemizantes fueron invitados a identificar el objeto.La identificación sería una tarea colectiva.
Las reglas eran simples: El objeto estaría oculto de la vista de todos;cada uno de los polemizantes, seis en total, podrían mirar al mismo desde la posición que se les asignara previamente, desde unas mirillas que permitían ver al objeto desde el frente y contrafrente, los lados, arriba y abajo. Ninguno de los polemizantes podría ver la perspectiva de otro.
El primero en entrar al domo fue el representante de Ellos, quién, luego de observarlo desde adelante, describió el objeto como plano y con dos escotillas semiesféricas. Detrás de el, el representante de Los Antiguos, eligió observar desde la derecha, y desmintiendo al primer observador, describió al objeto como liso, con seis ventanas redondas. Esta descripción fue corroborada por el representante del Puesto Mayor, desde su posición a la derecha del representante de Los Antiguos, y por el representante de La Silueta, a derecha de este último. Luego los tres acusaron al primer observador de fraudulento.
El representante de El Folio Señalado , desde arriba, describió al objeto como una tapa con tres ojos de buey, y por último, el representante de Nosotros obligado como de costumbre a observar la realidad desde abajo, solo pudo ver un cuerpo oscuro, con cuatro concavidades indefinidas, dada la casi nula visibilidad con que contaba.
Los seis polemizantes, debatieron infructuosamente tratando de definir el objeto observado. No tardaron en aparecer las denuncias de fraude de parte de Los Antiguos, multiplicadas hasta el infinito por los del Puesto mayor, y refrendadas vehementemente por los de La Silueta, acusando a Ellos de estar complotados con El Folio Señalado para impedir que se sepa la verdad, y engañando vilmente a Nosotros.
La identificación del objeto no fue posible.

En medio del escándalo, pasó por allí un anciano llamado Max Born, el que al escuchar las discusiones, y haciendo gala de una enorme sagacidad para distinguir entre la verdad y la mentira, sonrió, y dijo entre dientes: -" Lo siento Einstein, ya lo ves, Dios sí juega con la creación."

miércoles, 14 de marzo de 2012

Manual de autoayuda para mi mismo

Capitulo I.-Por nada del mundo dejar de leer a Don Mario





















 
Defender la alegría como una trinchera
defenderla del escándalo y la rutina


de la miseria y los miserables
de las ausencias transitorias
y las definitivas
defender la alegría como un principio
defenderla del pasmo y las pesadillas
de los neutrales y de los neutrones
de las dulces infamias
y los graves diagnósticos
defender la alegría como una bandera
defenderla del rayo y la melancolía
de los ingenuos y de los canallas
de la retórica y los paros cardiacos
de las endemias y las academias
defender la alegría como un destino
defenderla del fuego y de los bomberos
de los suicidas y los homicidas
de las vacaciones y del agobio
de la obligación de estar alegres
defender la alegría como una certeza
defenderla del óxido y la roña
de la famosa pátina del tiempo
del relente y del oportunismo
de los proxenetas de la risa
defender la alegría como un derecho
defenderla de dios y del invierno
de las mayúsculas y de la muerte
de los apellidos y las lástimas
del azar
                  y también de la alegría.
                                                  Mario Benedetti

martes, 13 de marzo de 2012

Credibile ma non troppo

Interesante la investigación sobre credibilidad de los medios en América Latina que presentara Victor Hugo Morales en Bajada de Línea, el domingo último.
Aquellos medios que suelen regodearse en cuanta estadística presente a la Argentina por debajo de Brasil, Uruguay o Chile, no acusan recibo de esta estadística sobre su credibilidad.
No les ha salido gratis a los medios concentrados argentinos, el alevoso manejo de la información en pos de defender sus intereses económicos y/o políticos.

lunes, 12 de marzo de 2012

El amigo imaginario

Tengo un amigo que no me conoce.
Extraña amistad aquella de una sola vía.
Similar a aquella que alguna vez un zorro le propusiera a un príncipe.
Es una amistad basada en la domesticación.
Suelo saber, o al menos sospechar cuando me obsequiará con sus historias.

Busco en la contratapa de un diario la nueva historia, con la dicha del que espera un regalo.
Si no lo hallo en el diario, voy a la revista.
Si pasa mucho tiempo sin publicar, me inquieto (el precio de la felicidad).

Es una amistad basada en ritos, y ambos sabemos cumplir con nuestra parte del ritual.


El sabe describir al todo desmenuzando hasta el menor detalle de una de sus partes.
Comprende que el universo se repite cíclica y fractalmente, una y otra vez, hasta el infinito.
Lo íntimo no es un reflejo de lo colectivo, sino todo lo contrario. Lo que percibimos como colectivo es el fruto aleatorio y a la vez causal, y a la vez cíclico, y a la vez fractal, de lo íntimo. Lo que sucede es que tal maravilla está vedada a la percepción de lo que no tenemos su maravilloso poder de síntesis.
El resume lo trascendental de la historia en una vida.
Lo trascendental de una vida en una carilla.
El devenir global en una anécdota.
Sus ojos no son ciegos a lo esencial.

Yo lo leo con avidez, lo difundo y recomiendo.
Y la agitación e inquietud de la espera, se ven recompensados cuando nos obsequia textos como este


P/D
Vaya un saludo para el amigo Ricardo, que ya me tenía inquieto con su ausencia en "Los huevos y las Ideas", pero reapareció en Twitter.

jueves, 1 de marzo de 2012

La continuación de la política por otros medios

A menudo suele mencionarse esta frase de un militar, historiador y teórico prusiano llamado Carl von Clausewitz, aunque por lo general se la utiliza de una manera no muy afortunada. Y digo desafortunada, en tanto no se la cita en el contexto en el que fue escrita.
La frase que titula este post, es el título del punto 24 del primer capitulo de "De la guerra" . En el el autor se pregunta ¿En que consiste la guerra?, y, para poner la frase en su contexto, me parece indispensable leer el punto 28, titulado Conclusiones.
En el mismo, el autor nos dice que la guerra:
"Constituye una singular trinidad"
Y que:
 "Esta trinidad está integrada tanto por el odio, la enemistad y la violencia primigenia de su
esencia, elementos que deben ser considerados como un ciego impulso natural, como por
el juego del azar y de las probabilidades, que hacen de ella una actividad desprovista de
emociones, y por el carácter subordinado de instrumento político, que la inducen a
pertenecer al ámbito del mero entendimiento."

Por lo tanto, según el autor, emprender una guerra, no es simplemente apelar renunciara la política como medio de resolver los conflictos, sino llevar adelante un delicado equilibrio entre los odios preexistentes del pueblo, una conducción inteligente que aumente las probabilidades de éxito a la vez que acota la preeminencia de lo azaroso ( la suerte), y, por último, el empleo liso y llano de la fuerza en pos del objetivo político.

"La guerra constituye, por tanto, un acto de fuerza que se lleva a cabo para obligar al
adversario a acatar nuestra voluntad".

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Se equivoca el Macrismo, parte de la oposición, y los grandes medios periodísticos enfrentados con el gobierno, cuando deciden continuar la política por otros medios.
Porque este escenario que están planteando, con ausencia total de grises, poniendo permanentemente blanco sobre negro, y renunciando a las reglas de juego establecidas por la política son lisa y llanamente una guerra.
Se intenta por la fuerza, impedir que un gobierno elegido libremente por el pueblo, lleve adelante el mandato que el mismo le concediera. 
Se cambia la estrategia derrotada en las últimas elecciones, del apoyo irrestricto y la contención mediática a todo opositor que se cuadre, por el posicionamiento, a fuerza de invisibilización de sus errores, de un candidato del poder mediático, y los poderes fácticos,  y el desgaste permanente y frontal del gobierno por parte de los medios.
Pero no tienen en cuenta, que no es solamente la voluntad política de abandonar la política como medio,  el único requisito para declarar una guerra.
Es obvio que no hay odio, enemistad ni violencia primigenia contra un gobierno elegido con el 54 % de los votos luego de dos gestiones previas, en las cuales el reconocimiento, y la ampliación de los derechos de los ciudadanos, han sido una constante.
Mas obvio aún resulta la incompetencia del delfín de los oligopolios mediáticos (un cuasi analfabeto funcional producto de la educación privada neoliberal) para conducir un proceso, en el cual todas las probabilidades están en su contra, por lo que depende pura y exclusivamente del azar y de la caprichosa construcción de un relato arbitrario de la realidad hecho a la medida del candidato y sus socios comerciales de los grupos económicos concentrados, por los medios de información concentrados.
Sin esas dos tendencias, la sociedad del tándem Macri-Clarín-La Nación-Oposición, no pasa de una desición política errónea, tan inviable como dañina para el proceso democrático Argentino.
A la vez que demuestra un complejo de inferioridad que no les permite siquiera intentar dar batalla bajo las reglas de la democracia.

Claro que hasta esta interpretación pueda estar equivocada.
Basta comparar el bochornoso papelón mediático del Jefe de Gobierno Porteño, intentando desentenderse de los acuerdos firmados hace un par de meses con la Nación a través de una conferencia de prensa, con el discurso de Apertura de las Sesiones del Congreso por parte de la Presidenta de la Nación, para darse cuenta que tal vez no se trate de un complejo de inferioridad, sino de una diferencia de jerarquía manifiesta.
La brecha entre una y otro es tan grande, que cuesta imaginar que ambos expositores pertenezcan a la misma categoría política.
Tal vez esta guerra no sea otra cosa que una reconocimiento de la propia impotencia para continuar con la política por los medios tradicionales.