miércoles, 24 de agosto de 2011

10 días d.p.

Pasado un tiempo prudencial después de las primarias, podemos sacar algunas conclusiones.


..."odio quiero mas que indiferencia
porque el rencor hiere menos que el olvido."

Lilita:

No te pongas así, no te tomes todo a la tremenda.
En realidad no es cierto quer el 97 % de los argentinos votó en contra tuya.
En realidad el 97 % de los votantes (un poco más en realidad) votó con total convicción a la presidenta. Bueno, en realidad eligió ¿Voto al facho de Duhalde, al conserva de Ricardito , al insulso de Binner o a Cristina?
En realidad, es realmente llamativo que consiguiera tan pocos votos, hecho explicable tal vez por la cantidad de personas que mantiene joven y saludable a su enano fascista interior, y la que añora conservar lo que jamás tuvo, y los hipertensos políticos.
Tenés que comprender que al 97 % de los argentinos, jamás se les hubiera ocurrido castigarte, ni confrontarte, ni mucho menos pensar siquiera en vos, a la hora de emitir algo tan importante como un voto.
Quedate tranquila que el pueblo argentino no te odia. (Tendría que recordarte para eso)


martes, 23 de agosto de 2011

Civilización y Barbarita


El concepto civilización, en un sentido estricto alude a una sociedad compleja, en uno mas amplio se puede asimilar a cultura.
La evolución cultural suponía el camino desde el salvajismo a la barbarie y de ésta a la civilización.
El predominio Europeo desde el siglo xv en adelante, no hizo más que afianzar esta idea.
La revolución industrial la exportó a los confines del planeta.
La ilustración, universaliza el concepto, ampliándolo para incluir la totalidad de la organización europea, incluídas la organización económica, la política, la social, sus creencias y hasta su raza.
Nuestros "próceres" compraron en sus exilios norteamericanos y europeos el concepto con moño y todo.
Sarmiento, Alberdi, Mitre, moldean una historia y una cultura oficial, en los moldes de esta civilización capitalista e imperialista.
Si la realidad no coincide con el molde, peor para la realidad.
Habrá que adecuar la cabeza al sombrero.

Civilización es el molde y lo que no quepa en el será barbarie.
El molde durará mas de 100 años sin ser cuestionado profundamente.
Hasta que un aluvión zoológico, se refrescará las patas en las fuentes de la civilización.
Ha llegado el peronismo.


Pasaron mas de 60 años y los Biolcati, los Grondona, las Sarlo, y el enorme aparato oligarco-mediático-episcopal no terminan de comprender al peronismo, a sus seguidores y militantes, y, por sobre todas las cosas a sus intelectuales (de hecho consideran incompatible el peronismo con el intelecto).
Durante mas de 150 años predicaron la antinomia Civilización y Barbarie
Todavía no comprenden (quizá no lo logren nunca) que para nosotros la verdadera antinomia es entre "su" Civilización y Barbarita.


Porque no se trata de civilización, sino de civilizaciones.
Y "su" civilización se olvidó de Barbarita y su familia.
Porque nuestra idea de civilización no tiene moldes importados 
Porque desde el respeto a lo diverso, nos reconocemos como un mosaico que se construye desde adentro hacia afuera, desde lo mas profundo de nuestra nacionalidad hacia el orbe, integrando, no escindiendo
Porque la situación actual de Bárbara, y sus padres, y sus hermanos, es nuestro mayor logro como civilización, como cultura, como sociedad.
Porque el éxito de una política se puede medir en ratios y cifras, pero los peronistas sabemos que el amor a una gestión se logra con el progreso, la dignidad, el respeto y el futuro que ofrece a su gente (aunque no se mida con números)
Porque a la libertad de los mercados anteponemos los derechos humanos de nuestra gente.
Y porque jamás olvidamos que la razón de ser del movimiento es construir un país con
Soberanía Política
Independencia Económica
y por sobre todo Justicia Social

domingo, 21 de agosto de 2011

Accidentado baile del día del niño de Valeria Archimaut en Tigre

Me encontraba plácidamente leyendo la pelotuda nota de Pepe Eliaschev a la que remite NTVE, imaginando mil y una posibles respuestas a tal alarde de boludez, cuando mi esposa, que se encontraba a mi lado haciendo zapping, se detiene en un festival del día del niño televisado por canal 26 desde Tigre.
De pronto aparece bailando Valeria Archimaut.
No voy a negar que a mí todo esto de las coreografías me parece una sarta de gansadas, ni que la moralidad vigente me chupa soberanamente un óvulo de ave, porque este comentario se iría "hacia lugares mas dignos de la opinión del garca de Biolcati que de la mía" (por no decir "a la mierda", que queda tan feo).
Pero de pronto me encuentro, mirando de reojo y preguntándome en vos alta -"¿Que carajo tiene que ver el día del niño con una coreografía de Archimaut?"
Ante la esperable respuesta de mi consorte -"Callate " (acompañada de un gesto como de despedida que hacía con la mano, sin siquiera mirarme), me dispuse a ponerme cargoso, con un comentario ácido-chicanero.
-"Podrían haber organizado un baile del caño, para todos los niñitos" agregué, con el solo propósito de joder.
Antes que la petisa me pudiera mandar a cagar se le desató el bretel a Archimaut.
Convengamos que eso no es una tragedia, sino mas bién todo lo contrario.

Lo que motiva esta disgresión es un detalle que no por intrascendente deja de ser analizable.
Todos vimos All that Jazz, y sabemos que el show debe seguir.
Que las reglas del acting indican que si en pleno baile se despega un conchero, los espectadores se irán a su casa con una imagen mas Castrista de la bailarina (o Veroniana, según el estilo depilatorio), que deberá exhibir la cotorra como un trofeo hasta terminar la performance.
Todos conocemos estas reglas, porque las escuchamos a diario en los programas donde un jurado cuerea a mansalva a un grupo de participantes, sea en formatos locales o internacionales.
Solo que a veces hay que mandar las reglas a la mierda.

Sin ánimo de juzgar a Valeria, estoy seguro que si yo entro a ese escenario a cantar para esos niños, y en medio de la canción se me caen los pantalones, sin ninguna duda paro de tocar, me levanto los pantalones, pido disculpas (o no) y comienzo de nuevo la canción.
Aunque a los jurados les moleste.
Aunque no sea muy profesional.
Aunque se me caguen de risa.

Porque las reglas son las reglas,
pero a veces hay que hacer lo que corresponde.