Me tomé unas vacaciones.
Me fuí para el lado de Capital, pasé por La Plata, hice una parada en Santa Fé, en camino a Tucumán, ya de vuelta en la Provincia, me llegué a San Mayol, y acá estoy, de nuevo en Necochea.
En estos días de vacaciones hice nuevos amigos, Almita, Evelin, Ricardo, Fernando, Antonio,y varios más. Visité a los "viejos amigos" Abelardo y Gerardo.
Entré a sus casas, (me sentí cómodo) opiné, debatí, me divertí, polemicé.
Me sentí respetado, escuchado, retrucado, rebatido, pero nunca insultado.
Y no entré a aplaudir a todas esas casas.
En algunas entré a decir: No estoy de acuerdo.
Y me sentí en casa.
No me sentí ni mas ni menos que nadie (incluyendo a los anfitriones y a los visitantes)
Y me sentí acompañado.
Aún en el disenso, sentí que esa gente se hacía las mismas preguntas que yo, aunque las respuestas fueran otras.
Sentí que compartíamos una sensibilidad, un pensamiento, un humor, una rebeldía.
Por primera vez desde que comencé con mi blog, tuve un sentido de pertenencia.
Y dejé de decorar mi casa, y de fijarme quién viene y de preocuparme por las visitas.
Y me dejé arrastrar por un destino compartido.
Y me sentí muy bién.
Siempre supe o intuí cual era mi lugar en el mundo físico.
Estoy empezando a saber cual es mi lugar en el mundo virtual.
Gracias a los que me ayudaron a encontrarlo.
Oiga, me alegro.
ResponderEliminarLa bloguería tiene esas cosas, de compartir ideas, preguntas, retos, desafíos. Podemos disentir o estar de acuerdo, pero siempre en el clima que describís, y, si se puede, con alegría.
Saludos.
Un abrazo amigo
ResponderEliminarOiga, la próxima no sea runfla y traiga facturas por lo menos.
ResponderEliminarNo sea desagradecido amigaso, hace meses que está invitado a comer empanadas caseras amasadas por mí cuando pase por Necochea.Si no me cree busque en los comentarios viejos de su blog.
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