viernes, 21 de enero de 2011

Mauricio y yo (Elegía porteña)

Mauricio es pequeño, ¿peludo?, ¿suave?.Tan hueco por dentro que se diría todo de aire, que no lleva sesos. Solo los espejos de zafiro de sus ojos son duros sobre todo si se cruza con algunos  latinoamericanos "negros".
Lo dejo suelto y se va al Parque Indoamericano... y arma cada quilombo con su hocico.
Mirta lo llama dulcemente : "¿Mauricio?" y va hacia ella con un trotecillo alegre que parece que se ríe, en no se qué cascabeleo ideal...
Come cuanto le da Durán Barba. Le gusta toda la fruta, pero no la debe digerir bien, porque la repite y la repite, por eso manda fruta todo el día.
Parece tierno y mimoso igual que un niño, que una niña...;pero fuerte y seco por dentro, como de piedra.

Si uno fuera talentoso, como don Juan Ramón Jimenez, ya para esta altura, uno no tendría ninguna duda de que estamos hablando de un burro.
Pero como la paráfrasis no te pega el talento, aclaremos dijo un vasco y le echaba agua a la leche.

Pero mejor te lo digo directamente a vos.
Hay que ser burro para repetir, en plena era de las comunicaciones, la misma anécdota inventada de hace varios años, (de hecho la única diferencia entre los dos videos es la falta del bigote), asegurando que pasó "el otro día mientras tocábamos timbre en los barrios".
Y burro por partida doble, porque cuando inventás algo, que supuestamente le pasó a alguien que habla diferente a vos, si me querés engañar te quedan dos opciones: o contás la anécdota hablando como hablás vos, o se le pedís a alguien que habla como yo que te la "cuente" con sus propias palabras, y la repetís luego. Porque si no, no estás hablando como yo, sino como vos pensás que hablo yo, entonces en vez de sonar a mí, suena como una caricatura que de mí podría hacer un cómico (¿No te la habrá escrito Miguel del Sel a la anécdota?)

Claro que a tu favor podría ser que, por equivocación (o no, ya que la vez pasada te habían recibido bien ahí) tocaste timbre en la misma casa, te atendió la misma señora, a la que casualmente volvieron a asaltar y golpear, justo en el momento en el que "El Cacho" se fué a jugar a las bochas. Hasta ahí, mas o menos te la creo, pero no conforme con esto que me quieras hacer creer que además te contó que a la viuda de al lado entraron y le mataron al nuevo marido (al anterior se lo habían matado en la anécdota pasada) me parece una exageración. De todas maneras, si pasó, para mí que ni "El Cacho" ni "la vecina" son ajenos a tanta violencia, así que mas que dos casos de inseguridad se trataría de dos casos de violencia doméstica. Evidentemente se trataría de un complot, entre "El Cacho" y"la vecina", que cada tanto mandan a cagar a palos a la señora y a eliminar al marido de turno de la vecina. Un horror.
Bueno Mauricio, te dejo, espero haberte sido de ayuda. te dejaría mi teléfono, pero creo que después de la entrada que titulé "Mauricio, el catalizador", y que gentilmente levantaran los "Habitués del Teatro Colón" ya lo debés tener (pinchado).
Un abrazo.
@tilio® en

 

1 comentario:

  1. ¡Excelente!
    Tan bueno como el publicado por "Habitués".
    ¡Felicitaciones!
    Susana De Simone.

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