Mientras el FMI sigue recetándole ajuste a una Europa que al menos en la angustia, remite a la Argentina del 2001, EE.UU. trata de escaparle a la crisis con una versión libre ( y monstruosa ) de las teorías de J.M. Keines.
Porque aquella metáfora de poner a la mitad de los desocupados a cavar zanjas y la otra mitad a taparlas, tiene su perversa correlación en la política militar americana.
El estado, compra (discrecionalmente, por tratarse de política militar ) armas a las empresas privadas del "conglomerado militar industrial", generando una demanda totalmente artificial.
Por otro lado, promueve la investigación y producción de nuevas armas, que constituyen la nueva oferta, asegurando la participación permanente de los EE.UU. en diversas guerras, lo que asegura la futura demanda.
Como el proceso es circular, también podría decirse (mirándolo de otro punto de vista) que la industria militar norteamericana, cuya producción está garantizada por una falsa demanda, genera la necesidad de nuevas guerras para no detener su producción.
Cabe analizar el desproporcionado tamaño de la industria militar norteamericana, para darse cuenta que el verdadero riesgo país de los EE.UU. no consiste en que deje de pagar su astronómica deuda regularmente,
sino en las guerras que deberá pelear para conseguir el equilibrio económico que le permita cumplir con los pagos.
Desde este punto de vista el riesgo país norteamericano es el riesgo que corren los demás países.
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