"No me liberen, yo basto para ello"
Una pared de París, Francia, Mayo de 1968
Hace unos dias, recibí un comentario que decía ¿Que podemos hacer para liberarnos?
Creo que la respuesta es simple.
Nada... simplemente ser libres.
Suelo bromear con que soy la prueba viviente de que se puede amar por mas de 20 años.
Todo lo que tengo cabe en un bolso. El resto no me pertenece.
Me quedo porque quiero, y porque nunca me han pedido que me vaya.
El día que lo hagan, solo tengo que armar el bolso.
Nada me ata. Solo el amor a mi familia.
El precio de mi libertad es la pobreza.
Puedo pagarlo, no cuesta mucho.
El mayo francés me encontró festejando mi primer cumpleaños.
La utopía es parte de mi material genético.
Me emocionaron los festejos del bicentenario.
El cambio de humor tenía aroma a juventud.
El mayo argentino me encontró del lado de los jóvenes.
Veo las manifestaciones en España, miles de jóvenes tratando de conservar
los derechos que habían ganado sus abuelos.
La vieja Europa, de rodillas, renuncia al estado de bienestar.
Los jóvenes, de pie, no renuncian a nada.
El mayo español me encuentra promediando los cuarenta.
Mayo es algo mas que el mes de mi cumpleaños.
Mayo es mi forma de entender la vida.
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