No creo en las casualidades.
Mas bién creo en la ignorancia del hombre para unir las variadas causas con sus múltiples efectos.
No me asombra que el movimiento del 15 M se asocie a la indignación.
Y no me parece ajeno al todo que, jugando con la palabra, esta sea casi un anagrama y contenga a la frase In-digna nación.Que en castellano significa: dentro de una digna nación.
Porque los estados pueden ser tan rastreros, abyectos y viles como sus dirigentes decidan.
Pero dentro de cada país rebajado, entregado y traicionado por su dirigencia hay una nación digna.
Porque las naciones son dignas. Los pueblos están mas allá de sus burócratas y sus poderosos.
Solo que las naciones suelen ser mudas.
El pensamiento de los medios concentrados, no refleja lo que dice, piensa o siente el ciudadano común.
Y por cada garca que se sube al discurso único del neoliberalismo, hay miles de ciudadanos que quedan sin voz ni voto ante la prepotencia del tandem políticos-empresarios-medios-iglesia.
Porque aunque formalmente pueda ir a elecciones, si los partidos mas importantes coinciden en desarrollar programas neoliberales para la administración del estado, al malogrado ciudadano solo le queda le elección del collar que lucirá el perro, que será el mismo perro gane quien gane.
Pero, está visto que la ecuación del discurso único no cierra.
Porque cuando ya estaba todo acordado, la historia felizmente finalizada (Fukuyama,1992), las ideologías convenientemente muertas y enterradas (todas menos una, claro), y la política devenida en brazo ejecutor de la economía y los mercados, de pronto surge el BRIC, el Mercosur, la Opep y, ahora, la periferia de la zona Euro a desmentir un paradigma impuesto a fuerza de dólares y balas.
El pensamiento único no es más que el pensamiento de la minoría poderosa.
Los pueblos quieren otra cosa.
Y están comenzando a expresarse.
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